Introducción:

Antes de abordar los métodos finales de eliminación de residuos, es importante considerar otros métodos físicos, químicos y biológicos de reciclaje que permitan convertir los residuos en no peligrosos. Según la definición de la EPA, el tratamiento se refiere a "cualquier práctica, que no sea el reciclaje, diseñada para alterar el carácter físico, químico o biológico o la composición de una sustancia peligrosa, contaminante o contaminante, con el fin de neutralizar dicha sustancia, contaminante o contaminante, o para convertirla en no peligrosa a través de un proceso o actividad separada de la producción de un producto o la prestación de un servicio".

Métodos de tratamiento:
Los métodos físicos, químicos y biológicos se utilizan para tratar los residuos justo después de su generación. Los métodos físicos se emplean para concentrar y reducir el volumen de los residuos, así como para separar las diferentes fases de los mismos. Por otro lado, el tratamiento químico se utiliza para convertir los residuos peligrosos en subproductos no peligrosos. El tratamiento biológico se lleva a cabo con la ayuda de microorganismos y enzimas para lograr el mismo objetivo que el tratamiento químico, especialmente en el caso de los residuos orgánicos.

Selección del método de tratamiento:
Aunque la incineración es el principal proceso utilizado para la eliminación de residuos, resulta costoso. Por lo tanto, siempre que sea posible, se eligen otros métodos como alternativas y se utilizan en conjunto con otros procesos unitarios. Por ejemplo, una secuencia típica de procesos podría ser decantación, sedimentación, biodegradación, seguida de agitación del lodo y, finalmente, el vertido en un relleno sanitario. La toxicidad asociada con los residuos es un factor determinante en la selección de los diferentes métodos físicos, químicos y biológicos, ya sean en el lugar o fuera de él.

Consideraciones técnicas y económicas:
Para una gestión adecuada de los residuos, las consideraciones técnicas involucradas en la selección de un proceso de tratamiento específico pueden incluir las características del residuo, como su forma física, los constituyentes presentes, la concentración de cada contaminante, el volumen de residuos y la disponibilidad y aplicabilidad de los métodos de tratamiento. El objetivo del procedimiento de tratamiento también es un factor clave en la selección de un método de tratamiento en particular. Puede ser deseable reducir o destruir un componente y luego aislarlo. El producto final, es decir, el residuo, debe ser compatible con el procedimiento de eliminación definitivo que se utilizará. Por ejemplo, si se va a desechar el residuo arrojándolo en el océano profundo, el producto final del tratamiento de residuos debe consistir en residuos encapsulados en concreto.

Además de las consideraciones técnicas, la viabilidad económica de un método de tratamiento es un factor importante. El costo del procedimiento de tratamiento y la cantidad de residuos a tratar también son factores determinantes. Asimismo, se deben considerar los tratamientos in situ y externos para determinar el costo del proceso, la inversión de capital inicial y los gastos operativos y de eliminación final de residuos.

Jerarquía de minimización y eliminación de residuos:
Antes de discutir el tratamiento y la eliminación de residuos, es importante tener en cuenta la jerarquía de minimización y eliminación de residuos. Esta jerarquía establece una guía para gestionar los residuos de manera eficiente y sostenible. En la parte superior de la jerarquía se encuentra la minimización de residuos, que implica reducir la cantidad de residuos generados en primer lugar. A continuación, se encuentra el reciclaje, que busca reutilizar los materiales y recursos de los residuos. Si la minimización y el reciclaje no son viables, se consideran métodos de tratamiento como los mencionados anteriormente. Por último, en la base de la jerarquía, se encuentra la eliminación de residuos, que debe ser el último recurso y realizarse de manera segura y ambientalmente responsable.

Conclusión:
El tratamiento de residuos es una parte esencial de su gestión adecuada. Los métodos físicos, químicos y biológicos permiten alterar las características de los residuos y convertirlos en no peligrosos o reducir su impacto ambiental. Al seleccionar un método de tratamiento específico, es necesario considerar las características de los residuos, el objetivo del tratamiento, la viabilidad económica y la compatibilidad con los métodos de eliminación final. Además, la jerarquía de minimización y eliminación de residuos proporciona una guía útil para una gestión sostenible de los residuos. Con una gestión adecuada, podemos reducir el impacto negativo de los residuos en el medio ambiente y avanzar hacia un futuro más limpio y sostenible.