Durante muchos años se han informado sobre la liberación de líquidos y gases tóxicos, reactivos o inflamables en procesos que involucran productos químicos altamente peligrosos. Si bien estos incidentes importantes relacionados con productos químicos peligrosos han llamado la atención del público sobre el potencial de grandes catástrofes, en los últimos años ha habido muchos más incidentes que involucran la liberación de productos químicos tóxicos. Estos productos químicos siguen representando una amenaza significativa para los trabajadores en instalaciones que utilizan, fabrican y manejan estos materiales. La continua aparición de incidentes ha impulsado a las autoridades de todo el mundo a desarrollar o considerar legislación y regulaciones dirigidas a eliminar o minimizar el potencial de dichos eventos.

Un esfuerzo en este sentido fue la aprobación de la Directiva Seveso (Italia) por parte de la Comunidad Económica Europea después de varios incidentes a gran escala ocurridos en la década de 1970. Esta directiva abordaba los principales riesgos de accidentes de ciertas actividades industriales con el objetivo de controlar aquellas actividades que podrían dar lugar a grandes accidentes, así como proteger el medio ambiente, la seguridad humana y la salud. Posteriormente, el Banco Mundial desarrolló pautas para identificar, analizar y controlar instalaciones de alto riesgo en países en desarrollo, así como un manual de evaluación de riesgos que proporciona medidas para controlar los accidentes fatales graves.

En 1985, en Estados Unidos, el Congreso de los Estados Unidos, las agencias federales, la industria y los sindicatos se mostraron activamente preocupados e involucrados en la protección del público y el medio ambiente contra los principales accidentes químicos que involucran productos químicos altamente peligrosos. En respuesta al potencial de liberaciones catastróficas, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) participó activamente en la planificación y preparación comunitaria contra la liberación grave de materiales peligrosos.

Poco después del incidente de Bhopal, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) determinó la necesidad de investigar los estándares generales de la industria química y sus peligros de proceso, específicamente las medidas implementadas para proteger a los empleados de grandes liberaciones de productos químicos peligrosos.

OSHA ha establecido ciertos estándares con respecto a materiales peligrosos, líquidos inflamables, gases comprimidos y licuados, explosivos y fuegos artificiales. Los estándares para líquidos inflamables y gases comprimidos y licuados fueron diseñados para enfatizar las especificaciones de los equipos para proteger a los empleados de otras situaciones peligrosas derivadas del uso de productos químicos altamente peligrosos. En ciertos procesos industriales, existen estándares para prevenir la exposición de los empleados a ciertas sustancias tóxicas específicas. Se centran en situaciones de exposición rutinarias y diarias, como derrames, y precauciones para evitar grandes liberaciones accidentales.

Los sindicatos que representan a los empleados que están expuestos directamente a peligros derivados del uso de productos químicos altamente peligrosos han mostrado un gran interés y actividad en el control de los principales accidentes químicos. La Confederación Internacional de Sindicatos Libres (ICFTU) y la Federación Internacional de Trabajadores Químicos, Energía y Generales han emitido un informe especial sobre medidas de seguridad.

Los objetivos de la gestión de la seguridad de procesos de productos químicos altamente peligrosos son prevenir la liberación no deseada de productos químicos peligrosos, especialmente en lugares que podrían exponer a los empleados y a otras personas a daños graves. Una gestión efectiva de la seguridad de procesos requiere un enfoque sistemático para evaluar todo el proceso. El diseño del proceso, la tecnología del proceso, las actividades y procedimientos operativos y de mantenimiento, las actividades y procedimientos no rutinarios, los planes y procedimientos de preparación para emergencias, los programas de capacitación y otros elementos que afectan el proceso se consideran en la evaluación. Las diversas líneas de defensa que se han incorporado en el diseño y la operación del proceso para prevenir o mitigar la liberación de productos químicos peligrosos deben ser evaluadas y fortalecidas para garantizar su efectividad en cada nivel. La gestión de la seguridad de procesos es la identificación, evaluación y mitigación o prevención proactiva de liberaciones químicas que podrían ocurrir como resultado de fallas en los procedimientos o equipos utilizados en el proceso.

Estos estándares también se centran en productos químicos altamente peligrosos y sustancias radiactivas que tienen el potencial de causar incidentes catastróficos. En general, este estándar tiene como objetivo ayudar a los empleados en sus esfuerzos para prevenir o mitigar las liberaciones químicas episódicas que podrían provocar una catástrofe en el lugar de trabajo, así como controlar este tipo de riesgos para la comunidad circundante. Los empleadores deben desarrollar la experiencia, experiencia, juicio e iniciativa proactiva necesarios dentro de su fuerza laboral para implementar y mantener adecuadamente un programa efectivo de gestión de la seguridad de procesos, tal como se prevé en los estándares de OSHA.