"Vibraciones, ruido y el estruendo son ejemplos frecuentes de desafíos en entornos industriales. Uno de los problemas más comunes relacionados con las vibraciones es el daño auditivo causado por el sonido. Las máquinas vibrantes, las bombas de alta velocidad, los generadores, las calderas y los transportadores generan ruidos indeseables. Los efectos adversos de estos sonidos incluyen la pérdida de sensibilidad auditiva, lesiones físicas inmediatas como la ruptura del tímpano, interferencia que enmascara otros sonidos, molestia y otros trastornos como la tensión y la fatiga mental.

El rango auditivo de un ser humano normal abarca de 20 a 20,000 Hz. Si alguien tiene una capacidad auditiva inferior a lo normal para escuchar una voz, indica que ha habido una degradación. La pérdida de audición es un impedimento que interfiere con la recepción del sonido y la comprensión del habla. Una pérdida generalizada de audición en el rango de frecuencia de 200 a 5000 Hz es indemnizable según la Ley de Compensación al Trabajador. La degradación auditiva puede ser causada por el envejecimiento, la exposición prolongada a sonidos moderadamente altos o a ruidos de alta intensidad. Gran parte de esta degradación asociada con la edad puede atribuirse a la exposición continua al ruido de la sociedad moderna, más que al simple envejecimiento.

Incluso a niveles de ruido inferiores a los permitidos por las normas de OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional), pueden ocurrir pérdidas de audición. OSHA ha establecido un nivel máximo seguro de ruido de 85 dB, promediado durante 8 horas de exposición (TWA). Si este nivel se supera, OSHA exige que el empleador implemente un programa de conservación auditiva (HCP). Por lo tanto, si una empresa desea evitar reclamaciones de pérdidas bajo las leyes de compensación laboral, no solo debe cumplir con los estándares legales establecidos, sino también esforzarse por reducir el ruido al nivel más bajo posible (<80 dB).

El ruido no solo causa molestias y tensión entre las personas, sino que también puede enmascarar otros sonidos, lo que dificulta la determinación de los tipos y niveles de ruido presentes. Los niveles de ruido deben verificarse en todas las áreas antes de iniciar las operaciones. Además de generar ruido, las vibraciones también causan otros trastornos. Trabajar con instrumentos vibratorios durante largos períodos puede ser difícil. Las vibraciones también pueden causar fatiga en los metales de los instrumentos, lo que puede resultar en fallos en las partes móviles y otros equipos sometidos a esfuerzos mecánicos. También pueden provocar fugas en líneas de fluidos, contenedores a presión y daños en el equipo, así como posibles lesiones al personal. La vibración puede desencadenar el fenómeno de Raynaud, que se caracteriza por la palidez de la piel debido a la deficiencia de oxígeno causada por una disminución del flujo sanguíneo debido a daños en los vasos sanguíneos y espasmos nerviosos. Esta enfermedad se produce cuando la vibración actúa directamente sobre los dedos o las manos. Las herramientas vibratorias también pueden causar artritis, bursitis, lesiones en los tejidos blandos de las manos y obstrucción de los vasos sanguíneos. Además de la pérdida de audición, la vibración puede provocar nerviosismo, enfermedades psicosomáticas, dificultad para relajarse, trastornos del equilibrio y alteraciones del sueño.

Un programa de conservación auditiva (HCP) implica el registro y la categorización de pruebas audiométricas, el control de la exposición al ruido, el uso de dispositivos de protección auditiva (HPD), la capacitación de los empleados y el control de ingeniería del ruido.

El control de la exposición al ruido es otro componente del HCP, que implica medir los niveles de sonido y el tiempo de exposición. Es crucial que los niveles de sonido medidos sean representativos de los que se encuentran durante el trabajo. Las técnicas adecuadas de inspección incluyen el uso de medidores de nivel de presión sonora (SPL), que se aplican de manera rigurosa en las áreas de trabajo supervisadas. Estos medidores miden los cambios de presión más pequeños iniciados por la fuente vibratoria y transmitidos a través del aire.

Existen otros instrumentos utilizados para medir el ruido, como los analizadores de niveles de sonido ponderados y de banda de octava, que miden los ruidos en diferentes frecuencias.

La protección auditiva puede lograrse naturalmente y mediante el uso de dispositivos de protección personal. El oído tiene un mecanismo de protección propio que ayuda a reducir los posibles efectos de los ruidos fuertes. Las ondas sonoras no chocan directamente contra el tímpano debido al canal auditivo curvado. Los músculos del tímpano son muy sensibles a los ruidos fuertes repentinos y se contraen en respuesta, haciendo que los huesecillos se endurezcan y amortigüen las vibraciones transmitidas.

En entornos industriales, se deben utilizar dispositivos de protección personal para proteger el oído. Los tapones para los oídos hechos de goma o plástico se ajustan cómodamente en el canal auditivo sin causar molestias y protegen eficazmente el oído. También hay tapones de espuma en forma de cilindro que se pueden comprimir y torcer para insertar en el canal auditivo. También están disponibles cascos que cuentan con componentes electrónicos que atenúan el ruido y tienen características de comunicación. Al seleccionar estos cascos, los ingenieros de seguridad deben tener cuidado y asegurarse de que los dispositivos se seleccionen y utilicen adecuadamente por parte de los trabajadores, sin causar distracciones ni molestias."